QUIÉN ES LA REINA DE LA NOCHE: BLACK MOON LILITH (2)





El Mito

¿Has oído hablar de la Luna Negra, también conocida como Lilith? En la Astrología, corresponde al lugar en el Cielo en que la Luna está más alejada de la Tierra al recorrer su órbita. A este punto se le da el nombre de "Apogeo". La ausencia de la Luna está en el corazón del mito de la Lilith / Luna Negra, que, entre otras cosas, se une a la idea del abandono.


Para los pueblos patriarcales de la Antigüedad, el Sol era digno de crédito, pero la Luna no. Es decir, el hombre era confiable, pero la mujer no. Por otro lado, estudiosos de la Biblia afirman que Dios no creó a hombre y mujer separados, sino la frase "Dios los creó hombre y mujer" da margen para pensar que el ser vivo creado a su imagen y semejanza habría sido, eso sí, andrógino, conteniendo en sí los géneros masculino y femenino.


El mito de Lilith existe desde los principios de la religión judía, pero no está la Biblia y se transmite a través de las generaciones por la tradición oral. Es sólo en el siglo XIII, cuando el Zohar es creado, que la historia la Luna Negra es escrita por primera vez.
Según esta interpretación teológica específica, el ser andrógino creado por Dios  pidió que  ser separado en dos mitades, es decir, Adán de Lilith y viceversa. Sin embargo, Dios habría impuesto la condición de que, una vez separados, la hembra sólo podría copular estando debajo, representando la institución de la supremacía masculina. Adán y Lilith aceptan la obligación exigida y, al caer en el sueño, son separados por Dios. Ambos comienzan a convivir como hombre y mujer, de forma armoniosa, hasta el día en que Lilith resuelve copular estando encima y Adán rechaza su deseo.


La negativa de Adán amarga a Lilith profundamente y, al adormecerse una vez más, ella le abandona y, al despertar, Adán se da cuenta de que Lilith ya no está allí. Al demostrar su deseo y haber sido rechazada por Adán, Lilith se exilia voluntariamente del Paraíso, eligiendo ser libre de tener que aceptar la sumisión: va a vivir en un desierto, sintiendo un rencor inmenso.


Lilith es la mujer que prefiere exiliarse a tener que someterse, de ahí la asociación astrológica con el punto de la órbita lunar en la que nuestro satélite se encuentra en la posición más lejana. Lilith abandona la supremacía patriarcal que, según la teología judeocristiana, habría sido creada por Dios. En la continuación de la historia relativa al mito de la Luna Negra, Lilith se convierte entonces en mujer del Diablo.
Paralelamente, Eva es creada a partir de la costilla de Adán y, siendo así, sería su segunda mujer. Se obtiene entonces a la Luna Blanca, que acepta y coopera con el orden patriarcal. La serpiente que ofreció el fruto prohibido a la nueva pareja era, en realidad, Lilith. En consecuencia, ambos son expulsados ​​del Paraíso y, mientras Adán es castigado con el sudor del trabajo, Eva tiene que lidiar con los dolores del parto.


Interpretando el mito

Si analizamos el simbolismo detrás de la Luna Negra percibimos, en primer lugar, el deseo de separación de la androginia en mitades masculinas y femeninas, algo presente en la propia evolución natural de las especies. Por otro lado, si hay jerarquización entre los dos géneros resultantes, tenemos privilegio y autoritarismo de un lado (en éste caso, del macho) y rencor y dolor del otro (la hembra).
¿Y de dónde vienen el rencor y la pena? Naturalmente, de la negación del deseo (de copular arriba) y de la imposición de una sumisión (a un orden patriarcal opresor). Se ven, así, dos de las cuestiones más dramáticas que involucran la condición femenina: el machismo autoritario y la asfixia de la libertad de placer. 


El destino de Lilith, según la moral religiosa, es claro: para las mujeres que piensan y toman una opción como la de ella, sólo queda un lugar, al lado del Diablo. El mito de Lilith sirve, por lo tanto, de advertencia para las mujeres que desafian el status quo. Para hacernos una idea, algunos judíos consideran pronunciar el nombre "Lilith" un pecado en sí.


¿Sería la Luna Blanca, ideal de buena mujer, y la Luna Negra, exiliada, irreconciliables? Eva, la primera, representa el amor sin placer, mientras que la segunda, el sexo sin afecto. Con la Luna Blanca, reconocida como la primera mujer, y que acepta como digno de ese papel, pero sumiso a un orden patriarcal; y la Luna Negra olvidada (por haber sido, en verdad, la primera mujer) y exiliada al lado oscuro del mundo, en la compañía del Diablo, tenemos un contrapunto entre las dos, que ofrece la posibilidad de reconciliación entre esas dos dimensiones de la condición femenina : Venus.


Para Venus no existe amor sin sexo ni sexo sin amor. El amor maternal y romántico (Luna) se une al erotismo y a la liberación de los deseos femeninos (Lilith). Así, la Estrella Dalva ofrece la gran conciliación de la mujer sumisa con la mujer revuelta, de la "buena" mujer con la mujer "independiente": Venus trae la suma de amor y placer, de sexo y afecto y, con ello, una experiencia del hombre, y del ser femenino más plena y completa. Si te paras a pensar, ¿qué otro gran desafío tiene la mujer moderna si no el de conciliar la Luna y Lilith? Y es Venus quien apunta la síntesis, el camino.


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